Si alguien no tiene tiempo, puede leer la descripción:
El observatorio astronómico más importante de la historia tiene ya operativa la mayor parte de sus sesenta y seis antenas. En el desierto de Atacama, en Chile, a cinco mil doscientos metros de altura, se levanta el mayor telescopio del mundo, que observa el Espacio Profundo. ALMA ha estudiado ya la formación de las primeras galaxias, ha descubierto la formación de estrellas en el inmenso agujero negro que hay en el centro de la nuestra, la Vía Láctea, y ha encontrado una forma de azúcar, esencial para la vida, en el Universo. Un proyecto revolucionario para la astronomía mundial, en el que colaboran Europa, Estados Unidos y Japón, hasta un total de unos veinte países, y en el que España tiene una participación destacada tanto científica como económica. ALMA comenzó a investigar en 2011 y se inauguró el pasado 13 de marzo. Informe Semanal asiste a ese acontecimiento que ya está revolucionando la historia de galaxias, estrellas y planetas... Observando el Universo profundo, científicos del todo el mundo proponen un viaje en el tiempo, muchos miles de millones de años antes de la formación de nuestra galaxia. Aproximándose al primer comienzo, al Big Bang. En el reportaje desvelaremos cómo esa investigación es el resultado del sueño de muchas generaciones y qué tiene que ver con el autor de uno de los libros más famosos de todos los tiempos, que en abril ha cumplido setenta años: 'El Principito'. Desgranaremos cómo Saint-Exupéry imaginó el comienzo de su aventura, precisamente en Chile, y cómo otros filósofos aseguran que además de indagar en el Universo, el ser humano tiene que buscar también en sí mismo las claves capaces de proporcionarle consuelo en un mundo poblado de turbulencias.
¿Pero por qué leches en este bendito país no pueden poner a alguien que por lo menos haya hecho el bachillerato de ciencias a hacer estas cosas?
¿Es que todo tiene que estar relacionado con la filosofía y la introspección? Vale que el nombre del array de radiotelescopios invita a ello, pero sinceramente, creo que hay una cantidad muy significativa de personas genuinamente interesadas en la ciencia, ávidas de conocimiento, a las que sólo se les ofrece poesía barata, cuando lo que quieren es aprender. Pronto veremos a Investigación y Ciencia transformada en una QUO (o MUY interesante) cualquiera.
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